Además de las terapias aplicadas en nuestro centro formas de terapia establecidas con resultados fiables a largo plazo en estudios internacionales, en otras clínicas también se utilizan tratamientos cuya eficacia no está o aún no está suficientemente probada o cuyos efectos secundarios a largo plazo se desconocen. Esto incluye también la terapia de protones.
A diferencia de la radioterapia, que funciona con radiación electromagnética (fotones), la terapia de protones "dispara" núcleos de átomos de hidrógeno (protones) contra el tumor. Con la ayuda de un acelerador de partículas, los protones se aceleran a unos dos tercios de la velocidad de la luz, es decir, a unos 180.000 km/s. Después, son capaces de acelerar a algo menos de un tercio de la velocidad de la luz. Después, son capaces de penetrar algo menos de 40 cm en el cuerpo. Al penetrar en el cuerpo, el rayo no se absorbe sino que se desacelera. Cuanto más lentas son las partículas, más energía desprenden. La velocidad de los protones se controla para que la energía máxima (pico de Bragg) se alcance en el tejido diana. El efecto ionizante de los protones provoca entonces daños en las células tumorales, especialmente en su ADN. Sin embargo, un tumor debe ser "bombardeado" varias veces para que se alcancen todas las zonas de las células anormales.
La Sociedad Alemana de Oncología Radioterápica (DEGRO) sigue viendo una gran necesidad de investigación sobre la terapia de protones en lo que respecta al control del tumor, la tasa de supervivencia, las complicaciones y los efectos tardíos. Sólo se dispone de muy pocos datos sobre los resultados a largo plazo y las posibilidades de curación. Hasta ahora, el tratamiento con protones sólo ha tenido sentido para unos pocos tipos de tumores, por ejemplo en la zona de la base del cráneo. En los tumores -como el carcinoma de próstata- en los que la posición del órgano diana (la próstata) no permanece constante debido a la respiración y los movimientos intestinales, los haces de protones no son superiores a los ya establecidos y experimentados haces electromagnéticos. Además, la terapia de protones requiere mucho tiempo y dinero en comparación con las variantes de radiación establecidas.