La quimioterapia suele utilizarse en pacientes con carcinoma de próstata resistente a la castración, es decir, cuando el tumor sigue progresando durante la terapia hormonal a pesar de la supresión de los andrógenos (hormonas sexuales masculinas). En este caso, se administran fármacos llamados citostáticos (venenos celulares) para inhibir el crecimiento de las células cancerosas y retrasar así el curso de la enfermedad.
Hoy en día, la quimioterapia puede administrarse normalmente de forma ambulatoria y con efectos secundarios leves. El paciente recibe una infusión del fármaco citostático que dura aproximadamente una hora cada tres semanas. Para evitar o mitigar los efectos secundarios, los medicamentos concomitantes se prescriben de antemano. Por regla general, la quimioterapia se administra en cuatro o seis ciclos. A continuación se realiza un control de la enfermedad mediante un valor de PSA, una ecografía y, si es necesario, una resonancia magnética/tomografía computarizada y una gammagrafía ósea.
Combinación de tratamiento hormonal y quimioterapia
Los estudios actuales demuestran que en algunos casos tiene sentido iniciar la quimioterapia de forma temprana y combinarla con el tratamiento hormonal. La combinación se utiliza principalmente en hombres jóvenes con tumores muy agresivos y de rápido crecimiento. Puede mantener la enfermedad bajo control, prolongar la vida y reducir los síntomas relacionados con ella.
Medicamentos
La quimioterapia con docetaxel (Taxotere®) sigue considerándose el tratamiento estándar para los pacientes con cáncer de próstata metastásico resistente a la castración. El docetaxel interfiere en la división celular y, por tanto, inhibe el crecimiento de las células cancerosas. Sin embargo, si la enfermedad sigue progresando bajo el fármaco citostático, estos pacientes disponen de otro fármaco citostático en forma de cabazitaxel (Jevtana®).