Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista JAMA muestra claramente que los hombres con cáncer de próstata localizado que se han sometido a braquiterapia o radioterapia externa siguen teniendo una calidad de vida significativamente mayor cinco años después del tratamiento que los hombres cuya próstata se extirpó quirúrgicamente. Esto se aplica tanto a la capacidad de retener la orina (continencia urinaria) como a las funciones sexuales.
En los pacientes con carcinoma de próstata, la radiación interna (braquiterapia), la radiación externa y la cirugía conducen a tasas de curación iguales, siempre que el tumor se detecte precozmente y siga confinado en la próstata (carcinoma de próstata localizado). Esto ya se ha demostrado claramente en numerosos estudios. En cambio, hasta ahora sólo existen pocos datos sobre los efectos secundarios y la calidad de vida de los pacientes tras el tratamiento.
En un estudio a gran escala de casi 2.000 pacientes con carcinoma de próstata localizado, científicos de la Universidad de Texas compararon las formas actuales de tratamiento (vigilancia activa, braquiterapia LDR, radiación externa y cirugía neuroconductual) en lo que respecta a su calidad de vida relacionada con la salud. Para ello, se realizó un seguimiento de los hombres durante un periodo de cinco años y se registraron a determinados intervalos los posibles efectos secundarios de la terapia mediante cuestionarios normalizados. Entre otras cosas, se les preguntó por su capacidad de retener la orina (incontinencia urinaria), las funciones de vaciado de la vejiga (micción) y la capacidad de tener una erección.
Los resultados del estudio muestran que los pacientes tras la extirpación quirúrgica de la próstata presentaban con mayor frecuencia incontinencia urinaria. Por ejemplo, aproximadamente un tercio de los hombres a los que se extirpó quirúrgicamente la próstata seguían teniendo problemas para retener la orina al cabo de cinco años (puntuación MCID). En cambio, los pacientes que recibieron radioterapia externa o braquiterapia (radiación interna) apenas mostraron cambios en la continencia urinaria durante todo el periodo de estudio.
Además, los hombres sufrieron con mayor frecuencia disfunción sexual tras la extirpación quirúrgica de la próstata, tanto en comparación con la braquiterapia LDR como con la radioterapia de haz externo y la radioterapia de haz externo en combinación con terapia hormonal. Incluso en los hombres con cáncer de próstata de mayor riesgo, la pérdida de la función eréctil es menor tras la radioterapia en comparación con la cirugía radical. Así, la mitad de los hombres que aún experimentaban una erección suficiente durante las relaciones sexuales antes del inicio de la radioterapia pudieron mantenerla o recuperarla.
Además, después de cinco años, no hubo problemas significativos en cuanto a la función intestinal y hormonal con los métodos de radioterapia.
"Los modernos métodos de radioterapia actuales permiten irradiar la próstata con gran precisión", subraya el Dr. Stephan Neubauer, urólogo del Centro de Próstata de Alemania Occidental (WPZ). En la braquiterapia LDR, por ejemplo, se introducen diminutas fuentes de radiación (semillas) directamente en el tumor. Las semillas permanecen allí durante varios meses y administran altas dosis de radiación específicamente al tejido tumoral. Esto tiene la ventaja de que el tumor se destruye sin dañar el tejido sano circundante, como la vejiga urinaria, el colon o el músculo del esfínter. Como resultado, la tasa de incontinencia urinaria de los pacientes es cercana a cero incluso años después de finalizar el tratamiento, según el urólogo de Colonia. Lo mismo ocurre con las formas externas de radiación, como la radioterapia de intensidad modulada (IMRT) y la radioterapia guiada por imagen (IGRT).
Las pérdidas en la capacidad de retener la orina, así como las pérdidas en la función sexual como consecuencia de la cirugía, son tanto más graves cuanto que muchos hombres con cáncer de próstata siguen siendo operados innecesariamente", comenta el Dr. Neubauer sobre los resultados actuales, confirmando sus propios estudios en el WPZ.
Por primera vez, el estudio actual muestra ventajas de la radioterapia moderna en lo que respecta a la continencia y la función sexual también para pacientes con carcinoma de alto riesgo, admite también la Sociedad Alemana de Oncología Radioterápica (DEGRO). Según DEGRO, esto tendrá una influencia significativa en la elección de la terapia para este grupo de pacientes en el futuro.
Hoffman KE, Penson DF, Zhao Z et al: Patient-Reported Outcomes Through 5 Years for Active Surveillance, Surgery, Brachytherapy, or External Beam Radiation With or Without Androgen Deprivation Therapy for Localized Prostate Cancer. JAMA. 2020 Jan 14;323(2):149-163. doi: 10.1001/jama.2019.20675..